En
las primeras clases de economía se nos muestra un mundo fantástico e irreal,
rompiendo a la naturaleza y cercando con supuestos un mundo que desde el
principio se hace fácil de entender pero, que parece carecer de razón para estudiarle.
Los supuestos son nuestras poderosas herramientas para separar al hombre y algunas piezas del mundo y alinearlas en un sistema comprensible, donde las
relaciones se clarifican y se establecen las “leyes” económicas.
El
salto evolutivo en papel del homo sapiens al homo economicus fue y es una
consideración fundamentada en modelos y arraigada en la creencia que nuestro sentido como
especie es la búsqueda de la razón, y que por ende nuestras decisiones tienen que
estar guiadas por un análisis de costo y beneficio para cada resultado posible.
La búsqueda de la razón per se es una corriente de pensamiento, el objetivismo de Ayn Rand y las
nociones de libre mercado o liberalismo económico. Pese a que durante mucho
tiempo cuestionaron la existencia y la acción del gobierno sobre la
actividad económica, la gran pregunta del asunto es ¿Qué nos guía a los humanos
a hacer lo que hacemos?
El
conocimiento limitado en un universo basto y desconocido deja un vacío en el
entendimiento de nuestras acciones, creamos construcciones sociales como la
“moralidad” para dar respuesta a nuestra acción ante cierta situación,
diferenciamos el bien y el mal de forma subjetiva y damos forma a la
“justicia”.
La
subjetividad de nuestro entendimiento crea un paradigma en los resultados del
homo economicus, las personas eligen una categoría para si mismas sin darse
cuenta al parecer.