El túnel

...Y la oscuridad lo invadió todo, cada rincón, cada espacio, nada podía escapar de ella, el viento sacudió aquel extraño lugar, sentía como escalofríos hacían sacudir mi ser, por más que intentaba racionalizar lo que acontecía, me resultaba imposible; ese frío túnel en el que me encontraba no me llevaba a ningún lado, por más que caminaba solo era posible distinguir mis huellas marcadas en el piso; seguí caminando sin detenerme intentando buscar una salida, pero no la pude encontrar, estaba atrapado en un laberinto del cual quizás no pudiese librarme.

De un momento a otro comencé a tener miedo, la situación cada vez era mas tensa y no tenía idea de donde estaba, de pronto una voz comenzó a susurrar en mi cabeza usando un lenguaje extraño, parecía venir de lo más profundo de aquel túnel, continué avanzando y mientras daba cada paso esa extraña voz se hacía fuerte y se podía percibir un sentimiento de tristeza, de dolor y sufrimiento; miles de preguntas daban vueltas en mi mente y las respuestas se alejaban de lo racional, sin más que poder realizar seguí caminando, por un instante esa voz se empezó a hacerse muy tenue, ya casi era imperceptible para mi oído. Sin embargo, seguía atrapado en ese lugar y mi frustración se hacía cada vez más grande mientras avanzaba, una fuerza ajena a mi trataba de detenerme y llegué al punto de no querer seguir caminando, al instante en que mi paso casi se detuvo por completo y mi esperanza desaparecía, me recosté de una de las paredes del túnel, la niebla desapareció y pude observar una puerta, rápidamente me levante, y corrí hasta ella, crecía mi desesperación por abrirla y salir de ahí, en el momento en que logre abrirla, me decepcioné por que solo vi unas sucias escaleras que conducían a algo parecido a un sótano. Sin pensarlo dos veces comencé a bajar escalón por escalón con mucha cautela, cada uno rechinaba, pues parecía haber sido olvidado y que llevaba mucho tiempo sin ser limpiado, seguía bajando y cada vez se hacía más largo el camino, seguía bajando y bajando, la oscuridad no me dejaba observar que había al final de este, pero seguí mi instinto y no pensé en regresar. Cada vez hacia más frío, y solo pensé en seguir bajando, algo cegaba mi mente, pasaron alrededor de 5 minutos y por fin al bajar el último escalón llegue a ese lugar, me sentía exhausto, mi ritmo cardiaco se aceleró, parecía ser una gran habitación, la oscuridad no me permitía observarla bien, camine en línea recta, y pude notar en el fondo una enigmática silueta femenina, parecía llevan un manto rojo, intente acercarme a ella, pero cada vez que daba un paso esta parecía alejarse de mi, poco a poco el ambiente de la habitación comenzó a hacerse más cálido, me comenzaron a brotar gotas de sudor de mi frente, no podía entender por qué aquella silueta huía de mi, al llegar al final de la habitación pude observar cómo repentinamente se desvaneció, mi corazón parecía que iba a salir de mi pecho, mi sudación aumentó, sentí demasiado miedo por lo que salí corriendo en búsquedas de aquella vieja escalera que me condujo a ese lugar. Estaba totalmente desconcertado, mientras corría extrañas voces salían de todas partes, gritos de lamento, niños llorando, los sonidos más horribles y aterradores que jamás en mi vida había escuchado, dentro de mi cabeza me comenzó a perturbar aquella voz que había escuchado en el túnel, dejé de correr y me paré por un momento, intente escuchar esa voz. De pronto, ese lenguaje extraño se transformó en palabras conocidas, lo único que pude escuchar con claridad, fue — ¿a dónde vas?, ¿no huyas de mí? — eso fue lo que logre escuchar de aquella voz Estaba totalmente atormentado por los gritos, los lamentos, y esta voz, no sabía qué hacer, lo último que pude escuchar de aquella voz fue: — Deja de luchar, no te resistas a mí… Aquellas frases las seguían repitiendo constantemente, no aguante más y corrí en búsqueda de las escaleras Cada minuto que pasaba hacia crecer mi miedo, seguí corriendo sin detenerme, la voz seguía atormentándome, justo en el momento ya no podía resistir mas, pude divisar la escalera, estaba totalmente determinado a salir de ese lugar, subí a toda velocidad hasta que llegue a la puerta, cuando la logre abrir, mi vista se nubló, perdí por completo la conciencia, solo recuerdo haber visto una luz blanca que cegaba mi visión. Luego de eso, recuerdo escuchar una voz que me decía: — ¿estás ahí?, ¿sigues ahí?
Cuando recobre mi visión pude observar a un hombre mayor, al parecer era un paramédico, me di cuenta de que me costaba respirar, sentía horribles dolores, solo pude escuchar un fuerte rebullicio, cuando logré levantar mi cabeza mire a mi alrededor, vi personas con pancartas manifestando en una calle, pude fijarme en una de esas y estaba escrito: ¡queremos libertad!, en aquel momento no tenía idea de que estaba ocurriendo, mi memoria no podía hacerme recordar que hacia allí, pero fue increíble ver como esas personas daban su vida para defender una de las cosas más preciadas que posee el hombre, la libertad. Noté como otros hombres arremetían contra estos, mientras yo estaba tirado en el piso en el medio de un gran conflicto y no había nada que pudiese hacer; después de unos minutos volví a oir la voz del paramédico, este me dijo — Joven no te muevas, tienes una grave herida abierta en el abdomen, una ambulancia está en camino, todo está bien, resiste. Mi salud seguía deteriorándose, mi herida continuaba sangrando sin parar, los dolores cada vez se hacían más fuertes y costaba más respirar, poco a poco fui cerrando los ojos, hasta que otra vez la oscuridad lo invadió todo; cuando la vida deja de ser vida para convertirse en muerte, el tiempo se detiene, y el hombre en polvo se convierte… 18 de marzo de 2011